Joan Guimaray
Dicen que quieren saber mi hoja de vida. Como si yo significara algo, o como si tuviera mucho que decir de mí. No saben que tengo muy poco que decir sobre mí. En todo caso, diré lo siguiente:
SOY bípedo y terrícola.
NACÍ la sexta hora, del décimo sexto día, del sexto mes del año sesenta: 6/16/6/60, en el lugar denominado ‘Villa libre’, ubicado al noreste del valle de los siderántropos y al sur de la cuenca de los primates arborícolas.
CRECÍ bebiendo el aroma de la dignidad, moviéndome en libertad, jugando a ser humano, mirándome en las pupilas de papá, vigilado por el rabillo del ojo de mamá.
ESTUDIÉ para ser prójimo, ser dócil bípedo y obediente terrícola, pero fracasé. Al final, sólo terminé graduándome de un civilizado misántropo y un domesticado iconoclasta.
TRABAJÉ en virginales jardines cuidando las flores, ahuyentando los mamíferos euterios.
VIAJÉ por largos vericuetos y lúgubres recodos de la vida rozándome con silvestres solípedos y tropezándome con pardos emidosaurios.
CONOCÍ muchísimas cizañas e infinidad de cardos internados y ocultos entre comunes malezas y oscuros arbustos.
EXPERIENCIA: Sin cuenta años en naderías humanas, y años sin cuenta en trivialidades profanas.
REPAROS: Tengo miedo a los religiosos, temo a los creyentes, sospecho de los que hablan de dioses vengativos.